martes, 2 de diciembre de 2014

Y así puede ser la vida de un aspie - parte cuatro



LA LUZ:
Pero, la vida a veces da sorpresas y detrás de una esquina pueda estar la mayor maravilla, lo insospechado, ese evento que moldea y transforma tu mundo cuando menos lo esperás.
Mi esposa nota que mi hijo es acosado en la escuela, que parece  muy distraído, que se centra demasiado en muy pocos intereses, que,  a pesar de ser brillante, parece sumamente torpe en su relación con los demás, siempre desubicado y ausente, que no tolera el fracaso, en fin, que necesita ayuda psicológica. Por mi parte, a ser sincero, no le veo nada raro.
Ella, como buena madre, insiste en el asunto hasta que decidimos de una vez por todas acudir a un profesional, mejor dicho, ella lo decidió, a nosotros nos llevaron, el resultado, un diagnóstico: ASPERGER, así es, mi hijo tenía una cosa rara que suena a estornudo y que nunca habíamos siquiera sospechado de su existencia.
Durante el proceso siento que nuestro interlocutor me empieza a ver raro, esto no me gusta, al parecer el asunto también es conmigo, me pregunto qué pasa y me pongo un poco inquieto, porque siento algo así como una mira laser en mi frente y creo que todos sabemos, por las películas, lo que viene después de que aparece la mira laser en tu frente.
Pues no ahondemos en el proceso, el punto es que llegó ese momento tan temido, aquel gurú de las palabras extrañas y de las explicaciones complicadas la toma contra mí y aprieta el gatillo, otro Aperger. Yo no quería escuchar eso, pero al menos me sentí muy bien de estar junto a mi hijo compartiendo la “asperguidad”, linda palabra, no es cierto?.
Es obvio que si te dicen que tenés cualquier cosa que suena a enfermedad y, sobre todo, si no sabés ni una palabra de ella, lo más natural es que te entren muchas ideas en el cerebro.
Y viene la reacción, desde un: Qué extraño que me lo diga porque no me siento particularmente Asperger el día de hoy, aunque no tengo ni la menor idea respecto a cómo un Asperger debería sentirse, hasta algo así como: Saldrán tentáculos y mutaré en algún ser de historieta de terror? Me dolerá algo? Me tendrá que someter a algún terrible tratamiento en base a dolorosísimas inyecciones? Se me caerá el cabello? … sí, estoy exagerando, pero me pareció divertido hacerlo, en fin,
AUXILIO, SOY ASPERGER!!!!!
Es entonces donde ese personaje cuyo tiempo tan caro nos ha resultado, empieza a justificar realmente su bien ganado dinero, poco a poco nos explica que es el Síndrome de Asperger, cómo funciona, cómo se comportan, en fin, todo el arcoíris de peculiaridades que nos hace ser como somos y qué podemos hacer al respecto.
Miro a mi hijo de doce años, estamos en el mismo barco. Poco a poco se hace la luz, se disipan los temores y se va abriendo un nuevo horizonte.
Lo juro, mi vida entera se repetía una y otra vez en mi cabeza en forma de escenas alucinantes de una película que ponemos en avance rápido. Todo se empezaba a explicar, todo empezaba a tener sentido, ya no dolía, ahora sabía porqué y a cada palabra me sentí mejor, más fuerte, más seguro, hasta empecé a divertirme al recordar momentos que en mi pasado fueron muy angustiantes y dolorosos, pero que, bajo esta nueva perspectiva tomaban visos de comedia, de muy buena comedia.
Ese día salí del consultorio sintiéndome aún más unido a mi hijo por esta forma particular de ser que ambos compartimos y sediento por conocer todo lo referente al tema.
Horas, días, semanas, meses, ahora ya dos años, investigando, saciando mi curiosidad, por supuesto que con toda la obsesión que los aspies podemos desarrollar respecto a un tema. Entre más conocimiento adquiero, más me llama la atención como los eventos en las vidas de los que compartimos esta modalidad de pensamiento tienden a repetirse una y otra vez, como las preocupaciones de los que los rodean son las casi mismas con solo pequeños matices que las diferencian, como los supuestos expertos se plantean teoría tras teoría sin llegar a una conclusión y, sobre todo, cada uno de nosotros ha encontrado su propio camino, su forma particular de lidiar con el mundo.
Ahora estoy feliz, orgulloso de lo que soy, un aspie (cuanto me encanta esa palabra), SÍ, SOY DIFERENTE, no quieran medirme como un neurotípico, mejor dicho, un muggle, término potterístico que me divierte usar, soy aspie, entienden? tengo mi propia forma de ser, con sus ventajas y desventajas, virtudes y defectos, tengo grandes debilidades y tremendas fortalezas.
Sé quién soy y me siento feliz, con un nuevo aire, me atrevo de nuevo a ser yo mismo con una actitud de “cuidado mundo que te como al desayuno” que a veces me cuesta un tanto manejar.
Eso pasa cuando de repente, en el rompecabezas de tu vida, como por arte de magia, todas las piezas se acomodan, todo cobra sentido, todo se explica.
UN ORNITORRINCO:
Y eso fue mi vida en resumen, cincuenta y cinco años de sentir que no encajaba para ahora saber que realmente siempre encajé, encajé como anillo al dedo, con una perfección milimétrica, pero no encajé como ellos esperaban, encajé como lo que soy y siempre debí saber que era, soy la persona perfecta para ser yo, nadie lo podría hacer mejor.
Encajé porque no soy un castor ni un pato, no soy lo que la mayoría pretende, porque, aunque muchos quisieran que fuera uno de ellos, soy un ornitorrinco, soy un ser particular, perfecto en mi imperfección como ellos lo son en la suya, orgulloso y feliz conmigo mismo!!!
SOY UN ORNITORRINCO, SOY UN ASPIE!!!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario