martes, 2 de diciembre de 2014

LOS TALENTOS DE NUESTROS HIJOS



Los talentos y los aspies!!!! (con cariño para aquellos padres que han sido convencidos por los “expertos” de todo lo que NO pueden hacer sus hijos y para los que no se la han creído)
Si algún profesional lee esto, espero que tenga mucha tolerancia, porque puede no gustarles.
Hace unos días se generó una gran polémica respecto al autismo y al Síndrome de Asperger, curiosamente, en las páginas deportivas!
Opiniones iban y venían respecto a un tema que, si juzgamos por la cobertura que se le brindó, al parecer, de llegar a esclarecerse, cambiaría por completo nuestra concepción actual del mundo: ES LIONEL MESSI SÍNDROME DE ASPERGER?
La verdad, a mi no me interesa demasiado si lo es, pero lo que sí me interesó fue que, casi todos los que descartaban esa posibilidad, lo hacían citando categóricamente artículos, donde los expertos dicen, con autoridad casi celestial, todo lo que nosotros los pobrecitos y limitados aspies no podemos hacer.
Leyendo en foros y en páginas de consulta encuentro que muchos padres, con total angustia, lloran y sufren por el negro futuro que le espera a sus hijos, todo debido a las tremendas limitaciones que los expertos indican que sus aspitos tienen.
Disculpen los expertos, pero la verdad es que…NO!!!
Es un hecho que sí tenemos cuadros comunes de limitación en algunos campos, pero eso no es una regla general.
Se dice que no podemos ser buenos deportistas por nuestras deficiencias motoras, pues entonces que me expliquen de donde salió Clay Marzo, uno de los mejores surfistas del mundo, diagnosticado como aspie desde pequeño.
También citan que ni pensemos en deportes de conjunto porque no podemos leer las señales de los demás, lo que obviamente nos limita  y nos impide total y absolutamente desempeñarnos en un terreno de juego, pues que se lo vayan a decir a Rafer “Skip 2 my Lou” Alston, tremendo basquetbolista de la NBA, también debidamente diagnosticado.
Por ahí también dicen los que saben que jamás podemos fingir o interactuar en escenarios con otras personas, pues que le pregunten a Keanu Revees o a Daryl Hannah, ambos aspies y reconocidos y exitosos actores. Incluso Daryl brindó hace unos días una entrevista donde agradeció a su madre por no hacerle caso a los expertos quienes, cuando ella era una niña, le dijeron: “medíquela e intérnela”.
Sabido es que no tenemos destreza en nuestras manos, casi siempre se nota la escritura, pintura o al tratar de manipular objetos, pues Syd Barrett, creador de Pink Floyd, fue diagnosticado aspie y Craig Nichols, del grupo australiano The Vines, también lo fue, ambos intérpretes de instrumentos musicales y el último también reconocido pintor.
Qué quiero probar con esto?
Solo un punto y es que no nos dejemos dominar por lo que nos dicen respecto a lo que nuestros hijos pueden o no pueden hacer, los aspies son personas llenas de mecanismos poco comprendidos. Es como si tuviéramos interruptores que pueden encenderse o apagarse por medio de estímulos que aun no se investigan.
En mi caso, por ejemplo, soy malísimo para pintar, no obstante tengo tremenda habilidad para dibujar planos y estructuras, construir modelos y hacer maquetas, todo lo geométrico. Mi letra es horrible, ni yo la entiendo, pero mi letra para planos parece hecha con plantilla, es casi perfecta. Cómo lo explico? no lo sé reaemente , pero lo que se me ocurre es que, probablemente, esta letras quedaron de alguna forma ligadas a la parte de mi cerebro que controla las proporciones geométricas y no a la escritura, el punto es que, si alguien me hubiera convencido de que no sirvo para el dibujo, tal vez ni lo hubiera intentado.
La situación de mi hijo es aun más curiosa. A los ocho años de edad, mi pequeño llegó llorando inconsolablemente de la escuela, resulta ser que, de todos los niños del grupo, él fue el único que no pudo sacarle ni una nota a la flauta dulce, mi esposa, “con el corazón en la mano” al ver su inmensa tristeza trató de ayudarle, con relativo éxito. Nuestra casa está llena de instrumentos, básicamente cuerdas y percusión y a él nunca le llamó la atención tocar ninguno.
Imaginen mi cara cuando, mientras escuchábamos al grupo británico “Jethro Tull”, cuyo líder, el músico escocés Ian Anderson, es tremendo flautista, mi hijo me dice “yo quiero tocar de eso, cómpreme una flauta”. De acuerdo a los antecedentes, la reacción probable de la mayoría hubiera sido decirle que no o no prestarle atención. No sé porqué le dije que sí y le compré una vieja flauta de segunda mano. Y la pudo tocar, aunque no le enseñaron muy bien, solo como para que sonara, hasta fue al Festival de la Luz con una banda de Tilarán donde tocaba clarinete su hermanita.
Pasaron unos meses y él seguía tocando, entonces nos dieron oportunidad en la orquesta sinfónica de Liberia, parte del sistema Nacional de Enseñanza Musical del Ministerio de Cultura. Pues algo le vio su profesor, licenciado en flauta, que de una vez lo dejó en clases.
Me indicó el profesor que la flauta estaba muy mala por lo que le compré una de aprendiz que le duraría dos años, a los seis meses me pidió cambiarla por un modelo intermedio, dado que Gabriel había avanzado demasiado, esa sí duraría dos años. Dos años de seis meses, porque solo eso la usó, avanzó tan rápido que ahora, al año de iniciar el estudio formal, ya requería una intermedia avanzada o una profesional (cuestan un ojo de la cara). Hicimos le sacrificio y la adquirimos, eso solo sirvió para que se dispara nuevamente.
A instancias del profesor lo inscribimos, sobre todo para que tuviera esa experiencia, en las audiciones de ingreso del Instituto Nacional de la Música, las cuales están diseñadas para músicos de más o menos diecisiete a dieciocho años y cinco o seis de tocar, él tenía doce y año y medio de tocar. Compitió con catorce flautistas de todo el país por siete puestos disponibles y ganó con la mejor audición, según nos lo dijo la evaluadora.
En solo cuatro años, el chiquito que lloraba inconsolablemente por no poder tocar la flautita en la escuela, vencía a flautistas con mucho más años de edad y de tocar que él y se convertía en un músico con un futuro muy prometedor, tanto así que ahora, a sus catorce años, está trabajando en las piezas que su profesor presentó para obtener la licenciatura. Esos dedos, terribles para el dibujo, son mágicos para la flauta.
Cómo lo explico? precisamente por esos mecanismos e interruptores mentales propios de los aspies, en algún lugar de su cerebro hay un área especial, perfecta para el proceso de las estructuras y sonidos que componen la música, área que, como por arte de magia, se activó en aquel momento en que ese instrumento llegó a sus manos.
El punto de todo esto, es dar un mensaje a esos padres que todavía no han descubierto todas las maravillas que encierran sus aspitos o que están en proceso de hacerlo:
Por favor, no tomen todo lo que les dicen como si fuera una ley que no podemos romper, porque un rayo nos partiría en dos, dado que fue emanada del mismísimo Cielo.
Crean en sus hijos y el potencial tremendo   que se esconde detrás de esas miradas muchas veces confusas y algo perdidas. Estén muy pendientes de las señales de interés por algo que sus hijos muestren, traten de apoyarlos y déjenlos tratar, con suerte se llevarán una gran sorpresa como nos sucedió a nosotros.
Un abrazo a todos!!
Me permito dedicarles a esas madres, tan preocupadas y comprometidas, la interpretación de mi hijo del Primer Movimiento de la Fantasía Pastoral Húngara, de Francois Doppler, el pasado Día de las Madres en su colegio, como una prueba real de que, con su apoyo, sus hijos pueden llegar donde se lo propongan. Si la grabación no es perfecta, creo que es porque la camarógrafa estaba llorando.
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