viernes, 20 de marzo de 2015

TODOS LOS DIAS UN RETO



La lucha diaria del aspie

Un  día común en la vida de un aspie es muy similar, en apariencia,  al día normal de una persona neurotípica, levantarse, atender obligaciones, estudios, trabajo, labores de casa, en fin, vivimos como viven los demás… según parece.

No obstante, existe una gran diferencia de fondo entre ambos que hacen que el día normal del neurotípico sea siempre un reto para el aspie: ellos despiertan diariamente a enfrentar un mundo regido por sus reglas, las cuales entienden, comparten y aplican, mientras para nosotros cada día representa el reto de enfrentar un sistema social extraño y, según nosotros, con muy poca lógica.

Desde el inicio sabemos que nuestros seres amados harán lo posible por aceptarnos como somos, “disimular” nuestras conductas poco aceptables socialmente y apoyarnos en lo que les puedan, pero también sabemos que, a menos que ellos sean también aspies, siempre tratarán de entendernos dentro de sus propios patrones y esquemas mentales, tal como lo hacen también los “expertos”. Esta interpretación siempre será forzada, porque, seamos sinceros, por más que leas, aprendas, estudies y te esfuerces, jamás podrás entender un cerebro aspie…a menos que seas aspie, es como si yo tratara de entender en su intimidad lo que se siente ser muggle.  Por ahí dicen que “tratar de entender el comportamiento de algunas personas es como tratar de oler el número 9”, pues así es, y eso implica que, por más amor y buenas intenciones que tengan, no podrán comprender nunca a fondo lo que se siente vivir con un cableado diferente.

Luego viene el enfrentar el entorno, donde normalmente tenemos tres tipos diferentes de personas a las que deberemos enfrentar, primero los que podemos considerar amigos, quienes realmente no difieren demasiado de nuestros familiares, y se comportan muy parecido, conste que no es mi intención minimizar lo valioso de su amor y sus esfuerzos, simplemente puntualizar el hecho de que esto no implica el conocer a fondo la forma en que pensamos y sentimos.

Están los enemigos, realmente, aunque parezca raro, para mi es la categoría de gente más fácil para tratar, empezando porque una vez identificados y etiquetados dejan de ser  personas que me interesen particularmente, además,  no temo que se ofendan por mis palabras o comportamientos y les aseguro que en ocasiones la ofensa puede ser no accidental, pero para el aspie normalmente estas personas no son de su interés mientras no se nos acerquen mucho o nos ataquen.

Y el tercer tipo, el más difícil de todos, los demás, esos que forman la gran mayoría de la masa social que nos rodea y quienes, con su comportamiento grupal, moldean el mundo en que todos vivimos. 

Estos son los verdaderamente difíciles para nosotros, porque no están informados, porque, como grupo, son tremendamente intolerantes y crueles, porque siguen reglas y patrones de comportamiento incomprensibles para nosotros y porque, simplemente, son demasiados para poder pensar en enfrentarlos con alguna posibilidad de éxito. Ellos son los que nos repiten día a día, cada vez que no nos comportamos como esperan, lo inadecuados que resultamos ser dentro de su sociedad  y lo hacen de muchas formas, a cual más de todas, estúpidas, crueles, ofensivas, sea poniéndonos sobrenombres como nerds, geeks, ñoños, raros o lo que sea, apartándonos de sus actividades, ofendiendo, golpeando, agrediendo.

Para ellos entonces, aprendemos, por medio de un doloroso y frustrante proceso de prueba y error, a actuar, a fingir ser como ellos, hacernos pasar por “normales”, a veces con éxito rotundo, digno de un premio Oscar de la Academia, otras solo para ser descubiertos en nuestros, en ocasiones, un tanto torpes intentos, y volver al punto anterior.

Ahí radica el éxito del aspie en la sociedad, en esa actuación diaria, entre mejores actores somos, más aceptación tendremos, así de claro y crudo como suena.
Así que, como ven, no es fácil ser diferente.

Cuál es nuestra lucha y esperanza? Pues combatir donde, como y cuando podamos, este esquema injusto para buscar herirlo poco a poco hasta derribarlo y hacer surgir una nueva sociedad más tolerante e inclusiva, contando  con nuestra única arma para hacerlo: la información.

Pues, entonces, los dejo con este “cuento de terror”, esperando al menos tocar a uno más en el proceso.

Mis disculpas…. Tengo que ir a competir por el Globo de Oro!!

SIGUE MINTIENDO, RATA!



La falacia y el colegio


Saben, cuando yo estudiaba, allá por el período Cretácico, en la materia que llamábamos simplemente Español, básicamente nos centrábamos en la ortografía, la gramática y la literatura… pero, los tiempos cambian.

A mi hijo ahora le dan, como parte de esa materia la falacia.

Si bien es cierto esa materia ha sido estudiada desde los tiempos de aquellos muy famosos filósofos griegos del pasado, yo sinceramente no sabía que ahora era también parte del programa de estudio de los colegios.

Porqué me llama la atención? bueno, primero que nada, se sabe de sobra que los aspies somos pésimos con la mentira, ni sabemos “mentir bien”, ni sabemos distinguir cuando nos mienten, pero sobre todo por lo absurdo, ridículo y descabellado que me parece el concepto en sí.

Empecemos por el papel de la mentira en la sociedad. 

La religión es clara en esto:
“ SI MIENTES TE VAS AL INFIERNOOOO!!” (favor imaginarse los cielos abiertos, relámpagos, voz atronadora y trompetas en sensoround)

Los maestros:
“Lo chiquitos buenos no mienten, les crece la nariz como a Pinnochio, mentir es muuuyyyy feeeoooo”

Los padres:
-         Versión buena, “no mientas, no quiero que digan que mi hijo es un mentiroso, si lo vuelves a hacer te castigo”

-         Versión mala, “TOMAAA ESTE CHANCLETAZO Y VENI PA’ LAVARTE LA BOCA CON POTASA” (mismos efectos especiales del punto religioso)

Pero ahí no para, que me dicen de la prensa:
“Fulanito mintió ante el juez en el caso de …”, hace de la mentira noticia,  podríamos llamarlo “mentiricia”

Y, el colmo, hasta los políticos, insignes mentirosos, se atreven a condenar la mentira:
“FULANITO ES UN CORRUPTO Y UN MENTIROSO” (otra vez los XF, pero para los ticos, imaginar la voz de Otón Solis)

En fin, maldita mentira, pecaminosa mentira, execrable mentira, odiosa mentira, condenable mentira, engordante mentira, cancerígena mentira, pero… si eres Síndrome de Asperger, la mentira respecto a la aceptación social de la mentira se cae a pedazos, simplemente te dicen de primera entrada que lo más importante para tu adecuado  funcionamiento en un mundo neurotípico es aprender  “hipocresía social”.

Y que es hipocresía social sino una forma de mentira estructurada que la sociedad ha inventado con el fin de poder llevarse bien a base de comportamientos fingidos, o sea, una simple “mentira colectiva continua”.

Bueno, pero si así es como funciona esta sociedad, haciendo lo que condena y así ha funcionado por milenios, pues es un absurdo tratar de combatirlo o siquiera de hacerle ver lo estúpido y contradictorio de la situación.

Pero vamos a la parte de la falacia de nuevo, resulta que el concepto de estudio de la falacia consiste en determinar el origen, los tipos, las formas y como es utilizada la mentira en el ámbito social, o sea, cómo, donde, cuando, porqué y para qué se miente.
Es que la mentira es tan importante dentro de la sociedad que es relevante enseñarle a los muchachos de secundaria esta “teoría de la mentidera”? , no entiendo el porqué convertirlo en parte del estudio formativo de los jóvenes, no sé que se pretende, que sean mejores mentirosos? Que sepan categorizar las mentiras que dicen? O las que les dicen?

Y lo peor, esto es parte de lo que estudia el campo de la lógica, cómo puede ser parte de la lógica semejante falta de ella!!!

En fin, vieran lo agradecido que estaría si alguna persona hiciera la buena y caritativa obra de aclararme esto, porque mi aspie cerebro no ha podido.

Mientras tanto, a todos mis queridos mentirosillos sociales solo puedo dedicarles una frase de la película “Los Aristogatos”


“SIGUE MINTIENDO, RATA”

martes, 3 de marzo de 2015

Y nos vamos de fiestas…..o no?



Y nos vamos de fiestas…..o no?



Acá en mi ciudad inician las “Fiestas Cívicas”, más de una semana de juegos mecánicos, desfiles, monta de toros, comidas, bebidas, bares temporales de todo tipo y tamaño, como supongo debe pasar en la mayoría de nuestros países.
Por ser una región agrícola y ganadera, llena de tradiciones acorde a estas características, mucho se centra en el folclor, los caballos y el ganado, aunque siempre lo primordial es en apariencia, la parte del baile, la música y el licor.
El pueblo entero se viste con sus mejores galas vaqueras y participa de buena gana en estas actividades etílicofolcloricomusicorodeicas… pero… y cómo es una fiesta de estas desde el punto de vista de un aspie?
Desgranemos esto poco a poco
-         Gente, gente, gente …geeeenteeee, ir voluntariamente a un lugar llenos de personas desconocidas que te rodearán por todas partes, hablando, gritando, cantando, chocando contigo, mirándote, una versión hyper de un cardumen de sardinas moviéndose como una marea que amenaza asfixiarte.
-         Moda, yo no soy vaquero, no sé montar a caballo, toro, búfalo o hipopótamo, no sé ordeñar ni vacas, ni yeguas, ni cabras, ni hamsters, por lo tanto, porqué debo vestirme como una versión subdesarrollada de John Wayne o Roy Rogers. Es absurdo, todo un pueblo imitando la vestimenta de vaquero estadounidense a miles de millas al sur del Río Grande y mirando de reojo y con desprecio a quien se atreva a disentir del sentido generalizado de cómo vestirse para las fiestas. No entiendo porqué debo ir a eventos formales con una tira de trapo colgando de mi cuello y debo entender este código de vestimenta?
-         Monta de toros, actividad muy arraigada, primero digamos que, si por no disgustar a algunas personas, decido estar de acuerdo en ir, siempre me pongo del lado del toro, ya que considero que digan lo que digan siempre hay maltrato al animal, además que él nunca dio su consentimiento para participar en este espectáculo. Pues, si contra todos mis instintos decido ir, probablemente me pasaré tomando el tiempo entre las montas, criticando como se tardan más de quince minutos para prepararse para una monta que ni a diez segundos llega y dando indicaciones respecto a todas las mejoras que deberían realizar en pro de la eficiencia rodeística.
-         Bares, vuelve la marea, pero ahora alcoholizados y más ruidosos que nunca, acompañando sus gritos con música ranchera mexicana o cumbia colombiana, algo tan fuera de lugar en unas fiestas en Costa Rica como la ya mencionada vestimenta gringa. Y si es de noche aun peor porque se suelta el despliegue de luces que parecen arma de conquista para lavar cerebros de alguna muy agresiva civilización invasora extraterrestre. Y siempre las muchachas con poca ropa contratadas para contorsionarse al frente de los locales y convencer a los ingenuos de que, si entran ahí, tal vez podrían tener la suerte de “conseguir una así”.
-         Y los desfiles, sentarse horas a ver pasar a cuanto parroquiano quiere lucirse públicamente, montados en briosos corceles, humildes caballitos de finca o jamelgos muy cercanos a convertirse en algún embutido popular, todos con la característica de ir dejando a su paso un rastro húmedo y aromático de materia vegetal reciclada.
Bueno… así lo veo yo, por lo que, como comprenderán, no será muy probable que me miren llegar por allá, lo que si pueden apostar es que muy temprano en las mañanas, aprovechando que los fiesteros aun descansan de sus danzantes, etílicas y rodeísticas noches, verán un solitario vehículo transitar por las desoladas calles de la ciudad, detenerse en algún lugar donde abastecer las necesidades hogareñas y partir de nuevo lo más pronto posible a la segura madriguera del hogar, a once kilómetros de del muy alegre campo fiestero.
Salud amigos!!

Diagnosticantes, disgnósticos y desdiagnósticos



No creo que seas Asperger!


Hace poquito en un video supuestamente respecto al síndrome de Asperger, aunque era un tanto confuso y más bien se refería básicamente al autismo clásico, una persona se dejó decir que éramos algo entre Rainman y Forrest Gump. La verdad me sentí de alguna forma ofendido, aclaro que obviamente no tengo nada contra personas de este tipo de perfil, pero la gente en general tiende a tomarlos como “pobrecitos los tontitos”.
Eso me molestó y caí en la trampa de contestar, muy a lo aspie, al mejor estilo de la Dra. Bones, con hechos, les dije “ XXX es mi IQ y tengo tantos títulos universitarios, no piensen que soy como ellos”.
Obviamente fue una reacción temperamental que no debió ocurrir, pero lo interesante viene después, un par de muchachitos jóvenes comentan que no creen que yo tenga ese IQ y que “por lo que escribo” tampoco creen que yo sea aspie.
Mi primera reacción fue de la de ser un tanto ofensivo y mandarlos al ….
Luego nada más les dije que me parecía que hablaban muy a la ligera y que porqué no se daban una vueltita por aquí, al rato cambiaban de opinión…al menos en lo que se refiere a lo aspie.
Entonces me quedé pensando en cuanta gente me ha dicho, incluso algunos amigos, que no creen que yo o mi hijo lo seamos,  o como hasta una psicóloga, por un par de conductas “poco asperger”, según ella, que presenta el hijo de una amiga le dijo de una vez, no creo que sea aspie, o como una maestra afirmó que un niño era asperger porque hizo dos dibujos con ciertas diferencias, o que afirman que alguien lo es o no lo es por su parecido con un personaje de la televisión, en fin, como parece que ahora menudean los “diagnosticadores” aficionados quienes, por el menor hecho que calce o no dentro de lo que ellos, muy empíricamente y basados en lo poco que han investigado o escuchado al respecto, crean que debe ser un aspie, y se atreven a diagnosticanrte o desautorizarte hasta públicamente.
La verdad esto es absurdo.
El ser Asperger conllevan todo un patrón complejo en cuanto  a la percepción, procesamiento y respuesta a la información que se recibe, o sea, como se ha dicho hasta la saciedad, es una forma diferenciada de pensamiento.
Ahora bien, a como todos los neurotípicos no son iguales y encontramos personas con formas de ser muy diferente, pero siempre conservando los patrones de pensamiento propios de su modalidad, nosotras también lo somos, conozco aspies tan diferentes en su forma de hablar, comportarse, escribir o relacionarse, que no podrías sospechar siquiera que tengan un parecido más allá de pertenecer a la especie humana; sin embargo, cuando empiezas a entrar más en su forma deber las cosas, te das cuenta que efectivamente los factores psicológicos primordiales del SA si están ahí presentes.
Hasta cierto punto siento que se ha vuelto casi un hobby para muchos estar en este jueguito de si lo eres – no lo eres, lo cual es sumamente lamentable ya que etiqueta, estereotipa y distorsiona la percepción haciendo aún más difícil la ya pesada tarea de buscar un trato igualitario y respetuoso  en este mundo tan poco propenso a la aceptación de las diferencias individuales.