Un ornitorrinco de fiesta
Sobre todo
lo escribo para los progenitores de los aspitos adolescentes que empiezan a ir
a fiestas.
Se han
preguntado, cómo es ser aspie e ir una fiesta?
Pues casi
siempre es una completa comedia.
Empecemos, por
la posibilidad de invitación, normalmente los aspies si queremos ser tomados en
cuenta, pero de alguna forma la posibilidad nos aterra, es algo como que quisiéramos
ir a una fiesta … pero solo con otros aspies, así nos aseguraríamos de no ser
los “bichos raros” del evento.
En fin, si
la invitación no nos llega quedaremos depresivamente aliviados y si llega
entonces estaremos tensamente contentos.
Pero en
esta ocasión, somos aspies de fiesta, así que suponemos que, aunque parezca
improbable, si fuimos invitados.
No hacemos
mil posibles escenarios en nuestras siempre metódicos cerebros, desde aquellos
donde somos el alma de la fiesta, hasta los trágicos en los que nos convertimos
en el objeto del bullying colectivo y tratamos de crear un plan para cada uno
de ellos.
En esa
mezcla de angustia y satisfacción, siempre llega alguien con buenas intenciones
a decirnos: “que dicha que te invitaron, te vas a divertir mucho”, ante lo cual
no contestamos y solo pensamos en las ganas de arrancarle la cabeza por su
injustificadamente optimista opinión.
Se acerca
el día, el peor dilema, cómo debo vestirme? obviamente soy aspie, no tonto, muy
bien sabemos que nuestros usuales casi harapos con los que nos sentimos tan
cómodos no serán muy aceptables socialmente, pero no estamos seguros si el
ornitorrinco deberá transformarse en pingüino con un traje, o solo con una
camisa “decente” y una tira de trapo inútil de invención medieval (léase
corbata), estaremos a tono.
En este
punto normalmente volvemos nuestros ojos suplicantes a aquella persona que parecía
tan contenta porque nos hubieran invitado y solicitamos consejo. Conste que
dije que somos aspies y no tontos, pero el aspie que quiera vestirse por sí
solo en una ocasión así, con nuestro pésimo sentido de la moda, ese rompe la
regla.
Y llega el
día, arribamos a la hora indicada en punto, obviamente no hay nadie más, a
menos que haya otro aspie invitado.
Nos paramos
en una esquinita o nos sentamos a “hacer feo”, mientras llega más gente.
Conforme
llegan los primeros nos sentimos aliviados, pero cuando ya son muchos empezamos
a inquietarnos de nuevo.
Si la
fiesta es calmadita y de bastante conversación, nuestro éxito está garantizado,
podemos ser grandes conversadores con quien se tome el tiempo de escucharnos,
normalmente habrá personas que quieran saber algo de esa enciclopedia que
normalmente tenemos en la cabeza, al rato tendremos un grupito de gente para
los cuales daremos una de nuestros inacabables discursos. De todas formas para
eso tenemos nuestra arma secreta, si nadie se interesa en algún otro tema solo
tenemos que decir “soy asperger” y listo, adeptos instantáneos deseosos de
conocer qué es eso o, si ya lo saben, interesados en conocer un ejemplar en la
vida real.
Si la
fiesta es con bailadita la cosa cambia, muy pocos aspies legítimos bailan, por
lo que sentiremos que quedamos afuera, aunque podremos entretenernos
inmensamente viendo a los bailarines y sus evoluciones y haciendo todo un
análisis respecto a la física involucrada, los aspectos semiepilépticos de la
danza, las interesantes caras de los sujetos y, probablemente, tratando de entender
el baile como un ritual social pre-apareamiento. En fin, no estaremos muy
felices, pero tampoco aburridos.
Lo peor
creo que es cuando en la fiesta alguien decide amenizar la noche con el rey de
las fiestas ticas, ese horripilante invento llamado karaoke. El 90% del tiempo
no nos gusta la música que le gusta a los demás y eso cantada por un “profesional”
y ahora tengo que escucharla aullada por un aficionado que solo sabe cantar en “la
mayor” … en la mayor desafinación!! Entonces ni modo, nos sentamos en una
esquina, nos hacemos ostras y esperamos que la velada termine, para luego
retirarnos a nuestra casa, siempre deseando y temiendo ser nuevamente
invitados.
Muchas gracias por los aportes que nos das par aconocernos y encaminar a nuestros hijos, un mundo completamente ajeno a nuestro conocimiento lo expones con los detalles que se merce el tema
ResponderBorrarcreando la consciencia a la madurez de nuestros propios criterios
gracias de verdad
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