sábado, 24 de enero de 2015

Los aspitos y los que los rodean





Estos días, algunos primos han estado recordando a su padres y abuelos, mi tía Emilce y su esposo Hermes y eso me hizo recordar más vívidamente algunos pasajes de la niñez, sobre todo por el hecho de que mi tía fue una de las personas más tiernas y cariñosas conmigo durante esta etapa y que pienso que de corazón me quería, a pesar de que muchos no lo hacían.
Y es que eso no debería extrañar a nadie, yo era callado, pasaba absorto en mis cosas, no socializaba con nadie, casi no jugaba con los chicos de mi edad, era un sabiondo, en fin, como decimos los ticos, era un güila horripilantemente odioso.
Y esto empeoraba cuando mi madre me arrastraba a acompañarla a sus visitas sociales, yo terminaba sentado en un sillón esperando que la tortura se acabara de una vez por todas. Cuando había niños de mi edad era el acabose, qué tenía yo en común con un mocoso que solo quería perseguir un balón a patadas o hacer runrún con carritos de juguete? Ellos se iban a su cuarto y yo, pues al sillón.
Claro, en ese tiempo no se sabía nada del Asperger, ni siquiera se hablaba de raros, nerds o geeks, solo se era plena y llanamente un ODIOSO!!, imagen que arrastré y supongo aun arrastro con supuestas amistades de mi vida y hasta miembros de mi propia familia.
Pensaba en cuanto se hubiese facilitado mi vida si alguien conociera mi particularidad de comportamiento y se lo explicara a las familia y las personas con las que yo entrara en contacto social, haciéndoles ver de antemano como me podría comportar y como tratar de comprenderme.
Luego vino a mi mente la cantidad de padres de aspitos, cuyas historias he leído y su preocupación por ellos. Pero también recordé que, de esas historias, la mayor parte hablan de los chicos y sus padres, educadores y hermanos, pero no de la comunicación con otras personas un poco más lejanas en el entorno social, tales como otros parientes y los amigos.
Incluso muchos casos donde el tema de un hijo asperger se trata de minimizar y hasta ocultar, como si de lepra en la Edad Media se tratara.
Esto poco bien hace para la aceptación de los aspitos, ellos son lo que son y siempre lo serán, por más que se la vida modifique su comportamiento, nunca se modificará su naturaleza.
Ojala todos más bien ayudemos a darles la ventaja de informar antes de que injustamente sean juzgados y rechazados por la ignorancia de la sociedad, de otra forma seguirán frustrados en el sillón de la esquina.

lunes, 19 de enero de 2015

Para los padres especialmente



Un ornitorrinco de fiesta

Sobre todo lo escribo para los progenitores de los aspitos adolescentes que empiezan a ir a fiestas.
Se han preguntado, cómo es ser aspie e ir una fiesta?
Pues casi siempre es una completa comedia.
Empecemos, por la posibilidad de invitación, normalmente los aspies si queremos ser tomados en cuenta, pero de alguna forma la posibilidad nos aterra, es algo como que quisiéramos ir a una fiesta … pero solo con otros aspies, así nos aseguraríamos de no ser los “bichos raros” del evento.
En fin, si la invitación no nos llega quedaremos depresivamente aliviados y si llega entonces estaremos tensamente contentos.
Pero en esta ocasión, somos aspies de fiesta, así que suponemos que, aunque parezca improbable, si fuimos invitados.
No hacemos mil posibles escenarios en nuestras siempre metódicos cerebros, desde aquellos donde somos el alma de la fiesta, hasta los trágicos en los que nos convertimos en el objeto del bullying colectivo y tratamos de crear un plan para cada uno de ellos.
En esa mezcla de angustia y satisfacción, siempre llega alguien con buenas intenciones a decirnos: “que dicha que te invitaron, te vas a divertir mucho”, ante lo cual no contestamos y solo pensamos en las ganas de arrancarle la cabeza por su injustificadamente optimista opinión.
Se acerca el día, el peor dilema, cómo debo vestirme? obviamente soy aspie, no tonto, muy bien sabemos que nuestros usuales casi harapos con los que nos sentimos tan cómodos no serán muy aceptables socialmente, pero no estamos seguros si el ornitorrinco deberá transformarse en pingüino con un traje, o solo con una camisa “decente” y una tira de trapo inútil de invención medieval (léase corbata), estaremos a tono.
En este punto normalmente volvemos nuestros ojos suplicantes a aquella persona que parecía tan contenta porque nos hubieran invitado y solicitamos consejo. Conste que dije que somos aspies y no tontos, pero el aspie que quiera vestirse por sí solo en una ocasión así, con nuestro pésimo sentido de la moda, ese rompe la regla.
Y llega el día, arribamos a la hora indicada en punto, obviamente no hay nadie más, a menos que haya otro aspie invitado.
Nos paramos en una esquinita o nos sentamos a “hacer feo”, mientras llega más gente.
Conforme llegan los primeros nos sentimos aliviados, pero cuando ya son muchos empezamos a inquietarnos de nuevo.
Si la fiesta es calmadita y de bastante conversación, nuestro éxito está garantizado, podemos ser grandes conversadores con quien se tome el tiempo de escucharnos, normalmente habrá personas que quieran saber algo de esa enciclopedia que normalmente tenemos en la cabeza, al rato tendremos un grupito de gente para los cuales daremos una de nuestros inacabables discursos. De todas formas para eso tenemos nuestra arma secreta, si nadie se interesa en algún otro tema solo tenemos que decir “soy asperger” y listo, adeptos instantáneos deseosos de conocer qué es eso o, si ya lo saben, interesados en conocer un ejemplar en la vida real.
Si la fiesta es con bailadita la cosa cambia, muy pocos aspies legítimos bailan, por lo que sentiremos que quedamos afuera, aunque podremos entretenernos inmensamente viendo a los bailarines y sus evoluciones y haciendo todo un análisis respecto a la física involucrada, los aspectos semiepilépticos de la danza, las interesantes caras de los sujetos y, probablemente, tratando de entender el baile como un ritual social pre-apareamiento. En fin, no estaremos muy felices, pero tampoco aburridos.
Lo peor creo que es cuando en la fiesta alguien decide amenizar la noche con el rey de las fiestas ticas, ese horripilante invento llamado karaoke. El 90% del tiempo no nos gusta la música que le gusta a los demás y eso cantada por un “profesional” y ahora tengo que escucharla aullada por un aficionado que solo sabe cantar en “la mayor” … en la mayor desafinación!! Entonces ni modo, nos sentamos en una esquina, nos hacemos ostras y esperamos que la velada termine, para luego retirarnos a nuestra casa, siempre deseando y temiendo ser nuevamente invitados.

jueves, 8 de enero de 2015

Se han preguntado ... como se ve un aspie a si mismo?


El cerebro aspie


Es gracioso como los expertos se vuelven locos inventando teorías para explicar como funciona el cerebro de nosotros los aspies, casi siempre con realitivamente poco éxito.

Supongo que la razón básicas es que no ven las cosas desde nuestro punto de vista y acaban complicandolo todo con montañas de suposiciones, demasiado complejas que al fin y al cabo los hace terminar como una caja llena de gatitos y bolas de estambre … hechos un monstruoso enredo.

En realidad el cerebro aspie es todo lo contrario, el colmo de la simpleza.

Empecemos por la percepción, tenemos la tendencia a percibir mucho más que los demás en lo sensorial, sentidos normalmente aumentados, por lo que nos llenamos de datos directos del medio que nos rodea. Nuestra mente simplemente no quiere procesar semejante cantidad de estímulos y elimina lo que no le interesa, dejando solamente lo que considera relevante, un mecanismo de eficiencia implantado por la naturaleza en nuestro cerebro.

Además de eso, nos centramos en lo que percibimos, no nos interesa para nada lo que no está explicitamente a nuestro alcance, será por eso que nos dicen que tenemos discapacidad o ceguera o limitciones sociales, la realidad es que a nuestras neuronas solamente les interesan lo que los sentidos perciben y procesan y no lo que normalmente las personas ocultan sutilmente como si la comunicación tuviera que ser un absurdo juego de adivinanzas. Esta percepción discriminante tiene por supuesto la desventaja de que estamos en un mundo donde la hipocresia social es la norma básica de las relaciones humanas y ahi no podremos calzar nunca.

Luego está el procesamiento. De la información que percibimos y decidimos no desechar, tomamos los datos pertinentes y procedemos a un análisis lineal, tremendamente lógico y con muy poca injerencia de los aspectos sentimentales, sociales o culturales, análisis de datos puro y simple. Eso nos permite llegar muchas veces con sorprendente velocidad, a soluciones, las cuales obviamente son casi siempre frias y sin mucha contemplación. Lo bueno, acertamos muchas veces y la velocidad del analisis, lo malo, si hay “victimas” tendemos a minimizarlo ya que estamos centrados en la solución y no en los aspectos colaterales.

Y, por último, el output. así como se realizó el procesamiento, así es la salida, normalmente tendemos solo a puntualizar hechos frios, sin muchos “aderezos”, a decir la verdad le duela a quien le duela, lo que nos convierte en personas que facilmente ofendemos, algo que hacemos sin la menor intención, solamente porque decimos lo que pensamos. Así que si estrenan zapatos y le piden opinión a su aspie más cercano, mejor asegúrense que sean muuuyyyyy bonitos, de lo contrario se atienen a llevarse un comentario bastante desagradable.

Como lo ven, es sencillísimo!!

Quieren comunicarse bien con sus aspies.

1.       Asegurense de llamar su atención como primer paso del proceso de comunicación.

2.       Evite factores de distracción.

3.       Limitense a hechos, no llenen el mensaje de cosas irrelevantes, esto solamente le causaría confusión y haría inutil el proceso.

4.       Lo más importante, diganle muy claramente las cosas, con él aquellos de “lo que quise decir” es el mayor absurdo posible.

5.       Dele un momento para que analice las cosas, interrumpirlo es como darle “Escape” a una computadora.

6.       Analice la respuesta, no lo tome a la ligera, puede estar seguro que él quiere comunicarle algo que ve como muy relevante respecto al tema.

7.       Prepárese para cualquier posible respuesta.

8.       NO SE OFENDA

Saludos a todos los que me hacen el honor de venir a visitar al bichillo

lunes, 5 de enero de 2015

Reflexión para el inicio del año



INICIO DEL AÑO

Saben, pasan los años y me doy cuenta que poco cambian algunas cosas para nosotros los SA.

Obviamente tenemos sueños y metas como los demás, pero hay un que se vuelve recurrente y nos sigue toda la vida.

Es el sueño de encajar, de dejar de ser los bichos raros de la sociedad y que nos tomen como personas comunes y corrientes, que no nos estén remachando cada vez que decimos o hacemos algo que molesta u ofende a los demás solo porque pensamos y actuamos diferente.

Por eso es tan importante luchar por una sociedad verdaderamente inclusiva, porque mientras muchos luchan por sobresalir y diferenciarse, nosotros casi siempre queremos no hacerlo.

Si ustedes le preguntaran a mi hijo lo que más le gusta de su nuevo colegio, seguramente respondería que es el hecho de que nadie lo ataca o lo discrimina por ser como es. 

Somos diferentes pero no queremos que sea eso lo que los demás ven en nosotros, deseamos que conozcan nuestras diferencias pero que nos acepten como iguales.

ASPIES VS MUGGLES 8



Y empezamos el año con uno de nuestros ya conocidos y populares Aspies vs Muggles.
Esto afecta sobre todo a los aspies adolescentes, pero siento que nunca nos dejan de aplicar la receta y que, al rato, no solo a nosotros nos salen con esto sino a muchos muchachos que de aspies no tienen nada.
Pero en el caso de los SA, deben comprender que muchos comportamientos no tienen nada que ver con la supuesta madurez, un asperger será un asperger TODA SU VIDA y “madurando” no se le va a quitar.

Me pregunto, cual es la necedad de los neurotípicos con la “madurez”?
Es que no puedo ser feliz como soy y tengo que dejar de lado todo comportamiento que no corresponda a los estándares aburridos y acartonados de una persona supuestamente madura?
Los aspies tenemos más tendencia que otras personas a asumir comportamientos supuestamente “infantiles” o “inmaduros” solamente por el hacho de que somos más naturales que la mayor parte de las personas y nos vale que nos tachen de una u otra cosa, esto sin implicar que no tomemos en serio lo que si debemos tomar en serio, o sea, podemos ser responsables sin ser amargados.
Dejen que vivamos así y más bien vengan a la fiesta, al rato nos sorprendemos todos jugando “quedó” en el parque … por qué no?