miércoles, 11 de febrero de 2015

El bichillo va al cole!



Los aspitos y la entrada al cole


En estos días acá, en Costa Rica, se inicia el curso lectivo en escuelas y colegios (primaria y secundaria). 

Este es un periodo que se puede volver crítico para los aspitos y trágico para sus padres.
Al fin y al cabo no queda otra que afrontarlo y por eso me permito compartir con ustedes la forma en que yo veo este asunto, desde el punto de vista de un aspie, padre de un aspie.

Yo tengo la impresión de que una de las formas básicas en la que los aspies nos diferenciamos de los neurotípicos es que, mientras los NT funcionan con reguladores variables, nosotros lo hacemos con interruptores, o sea, mientras que ellos tienen miles de tonos de gris, nosotros somos exclusivamente, blanco o negro. 

Cuando del ambiente se trata, es muy común que solo podamos verlo de dos formas, todo positivo o todo negativo. Por ejemplo mi hijo, para él la orquesta es un ambiente feliz, positivo y amistoso, mientras que, su antiguo colegio, era todo lo contrario, un ambiente agresivo, negativo, donde todo era malo. Obvio que existen razones muy válidas para esto, mientras que en la orquesta lo aceptan como es e incluso le admiran su talento musical, siendo un lugar positivo y lleno de amigos, en su antiguo colegio, fue apartado, minimizado y víctima de acoso por parte de sus compañeros, varios maestros e incluso algunas de las religiosas a cargo de esa institución. El año pasado lo cambiamos de colegio, ahí fue aceptado, se hizo de amigos, lo participan en actividades y lo aceptan a pesar de sus diferencias, el resultado es el normal, lo ve tan positivo como a la orquesta.

Con esto lo que quiero decir es que si ya él tiene una percepción predeterminada de lo que encontrará en su colegio, esta probablemente es muy radical, condicionando así su respuesta emotiva, si es positivo probablemente esté muy feliz de regresar, todo lo contrario si es negativo, entonces estará tenso, angustiado e incluso pueden esperar un tremendo berrinche. 

Nosotros no supimos manejar esto debidamente por varios años, eso debo reconocerlo, pero luego decidimos atacar el problema. 

Primero informamos a los profesores y autoridades del colegio respecto a que nuestro hijo es un aspie y lo que eso significa, nuestro psicólogo nos acompañó a la cita, estuvimos muy pendientes, día a día, de toda situación problemática que se diera, en fin, creo que hicimos todo lo posible. Lamentablemente, la respuesta de la institución fue sumamente pobre, por lo que, a pesar que avanzamos, no fue lo suficiente y tuvimos que tomar la decisión de cambiarlo de colegio.

Aplicamos lo mismo, reuniones, documentación, en fin, informar a los involucrados. Por ser un colegio nuevo, nuestro hijo resintió la incertidumbre, la tensión de no saber qué podía encontrar, pero el saberse tan acuerpado por sus padres lo ayudó muchísimo a controlar el estrés de la situación. Esta vez todo fue excelente, gran respuesta del colegio, preocupación y compromiso. Un  completo éxito, este año, al contrario de los anteriores, nuestro hijo iba feliz de volver a clases y ver a sus nuevos amigos, se le veía tranquilo y muy seguro.

Y es que ahí es donde los padres debemos actuar. No podemos abandonar a nuestros aspitos a su suerte, debemos actuar, informando, comprometiendo y luego, vigilando, retroalimentándonos, manteniendo canales de comunicación fluidos con ellos, en fin, trabajando en coordinación total con los educadores.

Un abrazo a todos, sobre todo a los chicos.

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