El aspie, la
mejenga y la insistencia
Sucede que anoche
dispusieron suspender el ensayo de orquesta de mi hijo, Gabriel, y pasar un
divertido rato jugando futbol en el patio central del Museo de Guanacaste,
lugar donde ellos normalmente tienen sus actividades. Supongo que el fin fue
bajar estrés, lograr una linda convivencia social y divertirse un rato… al menos
creo que de eso se trataba.
Pocos minutos después de
tomada la decisión, recibo una llamada de mi hijo para que vaya a recogerlo,
siendo el único que prefirió irse que participar en esta actividad.
Hoy temprano yo pensaba en
lo predecible de ese hecho, lo consistente con su comportamiento y cuánto le
cuesta a las demás personas comprenderlo y las razones por las cuales lo que
funciona para ellos no tiene ese efecto en él.
Primero hablemos del hecho
de bajar el estrés producido por los ensayos. Para él los ensayos no son
estrés, punto, su cerebro aspie estás totalmente diseñado para comprender,
asimilar, interpretar y memorizar partituras musicales.
La convivencia social, si
mi hijo asiste a la orquesta es más que por lo musical, por lo social, pero lo
que le gusta es hablar con sus amigos partiendo de lo musical, es su forma de
comunicarse con ellos y el cambiarle las reglas a un asunto físico simplemente
elimina su canal natural, por lo que, en lugar de facilitarle la interacción,
la elimina.
Y la diversión… aunque si
existen los aspies deportistas, no son muchos. Para la mayoría el perseguir un
balón y todavía peor, estar en una actividad de contacto físico no solamente es
poco divertido, sino que puede convertirse en una legítima tortura.
Pues siendo así entonces,
era obvio que Gabriel no tendría ni la más mínima intención de participar en esta
actividad y más bien le causara cierto grado de molestia el cambio.
Pero bueno, esa es la
explicación de porqué él no participó, algo muy normal.
Lo que no comprendo es que
llegaran personas que conocen las características de comportamiento de mi hijo a
insistirle en que participara en el juego.
Y es que siempre es lo mismo,
la insistencia en que nos comportemos, disfrutemos y actuemos como los demás solo porque a ellos les
gusta actuar así.
Eso es necio, molesto y en
ciertas ocasiones incluso causa de enfado para nosotros.
Está bien que se diviertan
como quieran pero, por favor, respeten nuestra forma de ser, comprendan que
tenemos las mismas preferencias, no compartimos mucho de lo que a ustedes les
gusta y que, simplemente, no nos divertiremos ni la pasaremos bien haciendo lo
que ustedes pretenden.
Parte del respeto básico
para nosotros es no insistirnos cuando no deseamos hacer algo
que simplemente porque tooodooos los demás así lo quieren.